¿Estás Comiendo Por Aburrimiento, Deshidratación o Estrés?
by Lyann Lee¿Te has fijado que hay días en los que sientes más ganas de estar comiendo entre comidas que otros días? Es posible que tendamos a confundir el aburrimiento, la sed o las emociones con el hambre real, lo que puede llevarnos a comer en exceso o consumir alimentos innecesarios. Reconocer esta distinción puede ayudarnos a tomar decisiones más conscientes sobre nuestra alimentación y adoptar hábitos más saludables.
Si estamos experimentando aburrimiento, deshidratación o atravesando alguna emoción en lugar de hambre real, puede requerir una mayor conciencia de nuestras sensaciones y emociones. Aquí hay algunas formas de diferenciarlos:
Aburrimiento:
- Si sientes un impulso repentino de comer
- Si tiendes a comer solo por el placer de comer o por buscar entretenimiento.
Sed:
- Si sientes resequedad en la boca
- Si te sientes fatigado
- Si has estado realizando actividades físicas o te encuentras en un ambiente cálido
Emociones:
- Si notas un cambio repentino en tu estado de ánimo, como ansiedad, estrés, o tristeza.
- Si identificas un patrón como comer en respuesta a situaciones estresantes o emocionales.
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Manténte ocupado: Encuentra actividades alternativas como leer un libro, salir a dar un paseo, llamar a un amigo, o involucrarte en un hobby que te apasione.
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Mantén alimentos saludables a mano: Si realmente tienes hambre, opta por opciones saludables y nutritivas en lugar de alimentos procesados o con muchas calorías. Ten accesible alimentos como banano, manzanas o naranjas.
SED:
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Hidrátate adecuadamente: A menudo, nuestro cuerpo confunde la sed con el hambre, por lo que asegurarte de estar bien hidratado puede ayudarte a reducir el impulso de comer.
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Limita las bebidas con calorías: Evita las bebidas con alto contenido de calorías como refrescos, jugos de frutas y bebidas energéticas, ya que estas pueden agregar calorías innecesarias y no sentirte saciada.
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Mantén una botella de agua contigo: Lleva contigo una botella reutilizable de agua para recordarte constantemente de tomar agua.
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Identifica el desencadenante emocional: Intenta identificar qué emoción específica está causando tu deseo de comer. Pregúntate qué está sucediendo en tu vida en ese momento y qué emociones estás tratando de evitar.
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Canaliza tus emociones: En lugar de recurrir a la comida para calmar tus emociones, busca otras formas de manejar tus sentimientos. Esto puede incluir practicar técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda, hacer ejercicio, escribir en un diario, o hablar con un amigo o ir a terapia.
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Distrae tu mente: Cuando sientas el impulso de comer por emociones, distrae tu mente con actividades que te mantengan ocupado y enfocado en otra cosa. Esto puede ser escuchar música, hacer un rompecabezas, dibujar o salir a caminar al aire libre.
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Prioriza el autocuidado: Eso incluye suficiente descanso, ejercicio regular, relaciones interpersonales positivas y tiempo para actividades que disfrutes. Un estilo de vida equilibrado y saludable puede ayudar a reducir el estrés y las emociones negativas que pueden conducir a la alimentación emocional.
Al implementar estas estrategias, puedes aprender a manejar y superar el aburrimiento, la deshidratación y un estado emocional, lo que contribuirá a fomentar un bienestar físico y emocional más saludable.